Nuestro Manifiesto
Nuestro propósito
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Nuestro propósito
La inteligencia artificial (IA) ya no es un tema del futuro. Hoy forma parte del ecosistema educativo doméstico, con niños y adolescentes usando a diario herramientas como ChatGPT, Copilot, Gemini o Canva Magic Studio. Es por esto, que ya no basta con enseñar a usar la tecnología: es necesario enseñar a pensar, sentir y decidir en entornos digitales. Tus hijos deben aprender no solo a usar herramientas, sino a cuestionarlas. Y en ese proceso, el acompañamiento de los padres (los primeros mediadores del aprendizaje digital) es la clave.
Bienestar Digital
Mundo Digital
Noviembre 12, 2025
Marcela Momberg
Educadora Digital y especialista en Convivencia Digital
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En menos de una década, la inteligencia artificial (IA) ha pasado de ser una curiosidad tecnológica a un actor cotidiano en la vida de todas las familias. ChatGPT, Copilot, Gemini, Perplexity o herramientas visuales como Canva Magic Studio forman parte del nuevo ecosistema educativo doméstico, muchas veces sin que los padres dimensionen su alcance.
La IA ya no es un tema de futuro, es el nuevo entorno donde la sociedad aprende, se comunica y se expresa.
Pero este entorno trae consigo un desafío urgente: educar para que la inteligencia humana y la artificial coexistan éticamente. Elevar alertas preventivas y comprender, conocer su funcionamiento y el impacto que hoy tiene.
Las herramientas de IA abren oportunidades innegables. Facilitan el aprendizaje personalizado, desarrollar la creatividad, explorar idiomas o generar proyectos multimedia sin grandes recursos. Sin embargo, el riesgo surge cuando se reemplaza el pensamiento por la automatización. Cuando se hace costumbre la dependencia tecnológica y traspasamos acciones humanas a la IA que no es ni tan inteligente ni tan artificial.
La doctora Fei-Fei Li, directora del Instituto de Inteligencia Artificial Centrada en el Ser Humano de la Universidad de Stanford, advierte:
“El mayor desafío no es construir máquinas inteligentes, sino formar humanos sabios que sepan usarlas correctamente.” (1)
Los jóvenes aprenden con facilidad a manejar la tecnología, que les interesa, son usuarios avanzados, pero no nacen sabiendo distinguir entre lo ético y lo funcional. Menos logran asimilar el impacto que tiene en sus vidas, en cómo se relacionan y perciben lo que les rodea
Ahí el rol fundamental de los padres es existencial: acompañar el proceso de descubrimiento, establecer límites, y, sobre todo, comprender sus sesgos, alucinaciones y el impacto que tiene en sus vidas.
Hoy más que nunca el acompañamiento, formación, toma de acciones preventivas, acordar acceso a las herramientas de IA desde la evidencia científica, es fundamental.
El profesor Yoshua Bengio, uno de los padres de la IA moderna, lo resume así:
“El problema no es que las máquinas se vuelvan más inteligentes, sino que los humanos dejemos de usar nuestra inteligencia.” (2)
La educación tecnológica ya no ocurre solo en el colegio. Comienza en casa, en los hábitos de uso, en el ejemplo y en las conversaciones cotidianas.
Los padres son los primeros mediadores del aprendizaje digital, incluso aunque no lo sepan. Cada vez que definen un horario de pantalla, un tipo de contenido o un límite, están construyendo una cultura de convivencia tecnológica.
En esta nueva realidad, educar significa establecer normas, acuerdos familiares, orientar. Atrasar el ingreso comprendiendo que, en los primeros años, el valor del mundo análogo es fundamental más hoy en tiempos de IA.
Ello implica entender cómo funciona la IA, sus sesgos, y las consecuencias que puede tener cuando se utiliza sin reflexión. Como fortalecen las “cámaras de Eco”, como capturan la atención de manera milimétrica.
Las familias son el primer pilar y el trabajo en conjunto con las escuelas, con los educadores es vital.
Educar en tiempos de inteligencia artificial implica formar ciudadanía digital consciente.
Ya no basta con enseñar a usar la tecnología: es necesario enseñar a pensar, sentir y decidir en entornos digitales.
Los padres son el primer ejemplo. Su manera de relacionarse con el teléfono, la IA o las redes sociales marca el modelo emocional que los hijos replican.
Cuando un niño ve a su madre o padre desconectarse, leer, reflexionar o pedir ayuda, aprende que la mente humana sigue siendo el mayor motor de aprendizaje.
Citas:
(2) https://elpais.com/tecnologia/2018/01/31/actualidad/1517414138_178647.html

Docente, conferencista y autora de Huérfano Digital y Educando a futuros líderes. Con amplia experiencia trabajando con madres, padres y comunidades educativas en Chile y Latinoamérica, se ha especializado en ciudadanía digital y prevención de vicios digitales , acompañando a familias y colegios desde el uso ético y crítico, creando estrategias pedagógicas que unen familias y comunidades educativas Lidera estrategias de prevención frente al Impacto de la #IA